
El nacimiento de Marisa Rubiales en el Hospital Vall d’Hebron de Barcelona esta mañana ha tenido complicaciones inesperadas. Según el equipo médico responsable del parto, el bebé se negó a salir hasta que no le dictaron la clave del Wifi del hospital. “Daba igual la fuerza que hiciera la madre o lo mucho que le tiráramos de la cabeza, la niña no quería venir a este mundo sin conexión a internet”, explican los profesionales.
Tras prometerle que le entregarían la clave, la criatura ha acabado saliendo del útero de su madre, pero no ha dejado de llorar hasta que le han facilitado la sucesión alfanumérica de la red “WifiHebrón”. En lugar de buscar los pechos de su madre, el bebé se ha aferrado con fuerza al router del hospital, negándose a soltarlo. “Las nuevas generaciones nacen con un instinto más digital que natural”, reconocen los expertos.
Marisa, con dos minutos y 45 segundos de vida, también ha reclamado una cuenta de Twitter verificada y se ha mostrado horrorizada al ver los pocos seguidores que tiene en Instagram. Cada vez más bebés aprovechan su nacimiento para hacerse un ‘story’ y atraer el interés del público y de las marcas. “Algunos recién nacidos cierran contratos publicitarios con marcas de pañales antes de las primeras tres horas de vida”, aseguran desde el centro hospitalario.
Nada más conectarse a la red del hospital, la niña se ha quejado de la palmada que le ha dado uno de los médicos, iniciando una campaña contra la sanidad española en redes sociales.